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El antagonista en el relato breve

Siguiendo con el propósito de ayudar a todos aquellos que desean iniciarse a escribir relatos breves o buscan ayuda para mejorar o pulir sus capacidades, hoy hablaremos sobre el concepto del antagonista. Ya hablamos en una entrada previa sobre el tema como uno de los puntos importantes a la hora de crear un texto literario, y hoy le daremos una vuelta la idea del antagonista para darle una mayor complexión y brillo a nuestro relato.

Es importante tener en cuenta que el antagonista no es solo (o no es únicamente) un personaje en oposición al personaje principal, sino que puede tratarse una idea, una fuerza que al igual que ocurre con la famosa tercera ley de Newton y su principio de acción y reacción, ejerce un empuje en sentido opuesto al protagonista.

El antagonista es lo que hace que un personaje pueda avanzar y al mismo tiempo le confiere de una mayor tridimensionalidad. Si tenemos en cuenta historias clásicas de la literatura podemos ver claros ejemplos de esta idea. En el Tenorio de Zorrilla, vemos como el antagonista de Don Juan es Don Luis Mejía; En Drácula de Bram Stoker, vemos al más famoso de los vampiros como personaje opuesto a Jonathan Harker; Dorian Grey tiene a su propio reflejo como antagonista; Sherlock Holmes tenía a su profesor Moriarty; D’Artagnan a Richelieu; y en La máquina del tiempo, el antagonista podría ser considerado el propio tiempo. Supongo que no hace falta indicar cuál es el antagonista en El corazón delator

Si pensamos en cualquier gran historia que nos haya conseguido llegar, conmover, pensar que estábamos ante una obra de arte, no importa si hablamos de un relato breve, de una novela, una película o una serie, hablamos en general de una historia, podemos hacer un ejercicio de reflexión pensar si el protagonista de dicha historia tenía su antagonista, su fuerza opuesta que le impulsaba a moverse y a avanzar por la trama, desarrollarse, tomar decisiones hasta convertirse en un personaje redondo. Una de mis novelas favoritas es Frankenstein de Mary Shelley. En esta obra, podemos ver claramente los dos ejemplos de los que hemos hablado hasta ahora, tanto el tema que trata el libro, la obsesión, como el protagonista y el antagonista, el doctor Victor Frankenstein y su propia creación, el monstruo de Frankenstein. Todo ello, sumado a la enorme calidad de la historia, al estilo y otros factores, es lo que ha convertido a esta obra en una de las más importantes y conocidas de la literatura universal.

¿Estamos apuntando demasiado alto? Tal vez. No obstante, creo que no debemos aspirar a convertir nuestros relatos en obras cumbre de nuestro tiempo, pero sí en buscar la calidad en todo lo que hagamos, por lo que conviene siempre reflexionar sobre estos temas antes de sentarnos frente al papel en blanco.

Gracias por seguirnos, inventores, y a seguir soñando con nuevas historias.

Modificado por última vez enLunes, 01 Agosto 2016 09:30

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