El relato breve y la literatura moderna
Hoy es el día grande del año para la literatura, 23 de abril, Día del Libro. En este día se celebra algo tan importante como es la cultura y no solo eso, sino la importancia de la lectura.
Inventa es una editorial joven, más aún, somos todavía niños pequeños en esto de la publicación de libros. Aún nos tropezamos constantemente, nos queda un larguísimo camino por recorrer y en el que aprender, pero estamos convencidos de nuestra apuesta, la narrativa alternativa. Entre las colecciones proponemos un género que en otros países siempre ha tenido mucho seguimiento y relevancia pero que en España a menudo se le considera poco más que de segunda fila (algún día explicaremos el por qué): el cuento o relato breve.
El relato breve tiene una historia larguísima, herencia de la tradición oral. Ya los egipcios transmitían cuentos de padres a hijos a través de la voz. En la literatura anglosajona el cuento o relato breve tuvo una gran repercusión sobre todo a partir principios del siglo XIX con grandes autores como Poe, Twain o Conan Doyle cultivando el género. Centrándonos más en España, esa importancia le llegó con el noventayochismo, con autores como Azorín, Pío Baroja o Unamuno. Con el cuento trataban de dar un giro a la literatura más tradicional, y de mostrar conflictos ideológicos y morales de la época. Posteriormente, novecentistas como Gabriel Miró o Ramón Gómez de la Serna centraron sus cuentos en mostrar la conducta de los individuos creando a su vez un vínculo con los pensamientos o comportamientos sociales. Poco antes de la Guerra Civil el relato breve adquirió su máximo apogeo con autores de la generación del 27 como Juan Ramón Jiménez, grandísimo escritor y poeta.
Tras la Guerra Civil y hasta mediados de los años 70, el cuento adquiere una dimensión distinta, más crítica, buscando como objeto la protesta y mostrar la crudeza y el drama de las vidas que la guerra ha trastocado; como también es un modo de crítica para autores en el exilio. Max Aub es un claro ejemplo de esta. Posteriormente, hasta los años noventa los autores enfocaron el género hacia la experimentación, dejando de lado temas del pasado y tratando de olvidar lo ocurrido durante la Guerra Civil y la dictadura. En las últimas décadas, hay dos cosas realmente recalcables, la primera es la diversidad en cuanto a temáticas y géneros (ciencia ficción, policíaco, fantasía, narrativa realista, experimentación…) y la segunda es la inclusión de un gran número de mujeres que anteriormente no habían sido tenidas muy en cuenta en esta género.
Actualmente, aunque es difícil poder definir un estilo o hacer una clasificación sin la perspectiva necesaria que da el paso del tiempo, podríamos encontrar dos vertientes, igual que ha ocurrido en muchas otras épocas históricas; una que trata de alejarse de la realidad y otra que se adentra en los problemas sociales y del individuo como crítica al modo de vida actual.
Dentro de nuestras dos primeras publicaciones podemos encontrar ejemplos claros de ambas vertientes. Con 2084, hemos apostado por una ciencia ficción alejada de los clásicos y que mostrase los problemas que la tecnología, la ciencia o la moral tendrán en esa humanidad del futuro. Entre nuestros autores hay una total paridad, ya que cuatro de ellos son hombres y cuatro son mujeres (demostrando que ellas también se atreven con la ciencia ficción).
En la otra vertiente podríamos decir que se encuentra David Vicente, esa más real y más crítica, con cierta tendencia a esa nausea de la que hablaba Sartre, a ese desencanto, a ese vacío que a veces llena la vida. Su estilo de escritura es sencillo, directo y sin cortapisas. En El sonido de los Sapos, David Vicente utiliza como excusa comportamientos sexuales para mostrarnos radiografías de una sociedad desilusionada, perdida de algún modo en un mundo actual decadente, compartiendo con nosotros una visión de individuos que se sienten solos en sus vidas, que han fracasado o no encuentran el sentido a sus destinos.
Desde Inventa Editores, como editorial independiente, apostamos por el relato breve, la poesía y la narrativa gráfica como forma de expresión, como puntos importantes de una narrativa moderna absorbida por la cultura de lo breve. Queremos defender la importancia de estos géneros y el talento que conlleva este tipo de expresiones artísticas.