El inventor de los lunes: Enrique Cordero
Enrique Cordero Seva es uno de esos artistas que ha escogido uno de los caminos más difíciles en el mundo del arte, la poesía infantil, y dentro de ese sendero ha conseguido labrarse un nombre, así como un gran reconocimiento por parte de autores y editores.
Al pensar en poesía infantil, inevitablemente la mente se nos va a una de las autoras más grandes de este género, Gloria Fuertes, tal vez la poetisa que con esa calidez y esa aparente sencillez hizo llegar la poesía infantil a un público más extenso. Enrique Cordero es digno heredero de esa visión artística, de ese talento e ingenio que llega desde los más pequeños hasta los más grandes, de esa calidad que atesoran sus poemas y que no por ir dirigidos a los más pequeños pierden un ápice de brillantez.
Nacido en Madrid en 1969, desde pequeño la palabra ejercía sobre él un enorme influjo, una especial y mágica atracción que guiaría sus pasos. Estudió Filología Hispánica en la UCM y, tras sus estudios superiores, realizó un posgrado en Archivística, Biblioteconomía y Documentación lo que le llevaría a dedicarse a su gran pasión, los libros. Desde hace años dirige una de las bibliotecas municipales de Alcalá de Henares.
Como autor, distintos éxitos pueblan sus vitrinas. En 2008 ganó el premio Luna de Aire con su obra Lo que Noé no se llevó (CEPLI, 2009).
Ya antes había publicado el cuento infantil La lágrima del cíclope (Edición personal, 2006), y la obra poética Coplas del dragón desdentado y otros poemas rimados (Hiperión, 2007).
En 2009 publicó el cuento infantil en verso Un chal de seda escarlata (Brosquil, 2009).
El pasado año publicó junto al artista gráfico Malagón la obra poética Versos del revés (Inventa Editores, 2016) un poemario en el que los títulos (y algún que otro verso escondido) son palíndromos y cada poema viene a su vez visualmente narrado con una ilustración. Una fantástica obra que demuestra que se puede ser innovador incluso dirigiéndose a un público infantil.
Sus obras están repletas de talento, de ironía, de música y de juegos. El propio Antonio García Teijeiro, uno de los poetas infantiles más notables de los últimos años, ha dicho de él:
“Desde que uno leyó estos versos: Soy un dragón desdentado, / bebo vino, como sopa…, se dio cuenta de que se hallaba delante de un poeta clave en la lírica española para los pequeños”
En fin, inventores, Enrique Cordero es un artista de esos que no deberían faltar en las estanterías de nuestras casas, no solo para nuestros hijos sino para aquellos cuyo niño que un día fuimos sigue habitando en nuestros corazones.
Aquí podéis conocerle un poco más:
¿Por qué escribes para el público infantil?
Porque hacer literatura es un arte y los niños están, en ese terreno del arte, bastante desvalidos. Se les da cualquier cosa, con tal de que estén entretenidos o reciban unos supuestos valores pedagógicos, en lugar de fomentar la educación estética desde temprana edad. Ellos merecen y necesitan tener muestras dignas de todas las manifestaciones artísticas posibles (literatura, cine, teatro, artes plásticas, fotografía...), adaptadas a sus capacidades, sí, pero con calidad y originalidad. En ese sentido, no trato de hacer nada trascendente al escribir para ellos. Sólo intento hacer el arte que me gusta lo mejor que puedo, pero sin renunciar al objetivo de llegar a mis lectores de la forma más empática y simpática posible.
¿Se nace poeta o se hace el poeta?
¿Genes poéticos? No lo veo muy probable. La poesía es una construcción interna en relación con el entorno, así que es un aprendizaje, no hay nada innato. Es un modo de ver el mundo a través del arte de la palabra. De hecho, los niños, en su evolución psicológica, pasan por una etapa en la que desarrollan una mirada muy poética de todo lo que está a su alrededor, de sus vivencias, aunque no sean conscientes de que están siendo, a su modo, pequeños poetas.
Empezaste escribiendo en prosa, ¿cómo fue eso de lanzarse a la búsqueda de rimas?
Bueno, como filólogo que soy, lo importante es mantener ese vínculo obligado con el amor a la palabra, con la literatura en su totalidad. La modalidad, el género, el tipo de destinatario... todo eso es circunstancial. En mi caso, la circunstancia principal está relacionada con mi trabajo como bibliotecario. Fue al seleccionar libros de ese género cuando me di cuenta de que había obras poéticas para niños que tenían mucha calidad, y me dolió que hubieran pasado desapercibidas. Entonces adquirí un compromiso con la poesía infantil al que ya no quiero renunciar.
¿Qué relación encuentras entre la poesía y la infancia?
Es una relación umbilical. Creo que si pensamos en el valor ancestral de una nana ya está todo dicho. Un bebé es capaz de reconocer el ritmo de un poema, y desde muy pequeños los niños se divierten con las rimas y se emocionan con toda la carga lúdica de la poesía. Así que, si quieres saber si un poema infantil es bueno, léeselo o cántaselo a un bebé, y a ver cómo reacciona...
Como experiencia y trabajo actual en bibliotecas, ¿crees que la poesía despierta interés en los niños?, o dicho de otra forma, ¿escogen ellos mismos este tipo de literatura?
Desgraciadamente, no es lo que normalmente se escoge, pero no porque no despierte interés en ellos, sino porque es poquísimo lo que se publica en relación con la narrativa, y no digamos ya el teatro infantil, que es todavía más minoritario. En todo caso, de la escasa publicación que se responsabilicen las editoriales, porque la parte que a mí me corresponde, como mediador, es hacer visible y atractiva a los usuarios esa pequeña colección de poesía infantil.
¿Qué autor/es recomendarías a los padres para iniciarse en la poesía?
Precisamente, al ser tan poco lo que se publica en ese género, el resultado es muy selecto. Augusto Monterroso decía aquello de que en la biblioteca de su localidad había tan pocos libros que solo había libros buenos. Pues con la poesía infantil ocurre eso mismo: somos una pequeña camarilla, nos conocemos unos a otros, nos respetamos y nos apreciamos. Si tuviera que decir nombres, los nombraría a todos y a todas.
Y por último, ¿estás trabajando en algún nuevo proyecto?
Tengo varias cosas empezadas, pero ninguna acabada. Entre ellas, un poemario que sería más juvenil que infantil, donde ya no hay rima, sino verso libre, y que está protagonizado por un niño mudo y situado en el entorno escolar.
En este blog, Enrique relaciona la literatura, la educación y la infancia. Un material muy recomendable.