El inventor de los lunes: Óscar Santos Payán
Nuestro inventor de hoy, Óscar Santos Payán, nació en Salamanca allá por el 69. Podéis echar cuentas, pero no los aparenta. Parece mayor. Ya la cifra le auguraba una dualidad de retroalimentación entre la ironía y los sentimientos más profundos, una mezcla entre la generación del 27 y Woody Allen.
Y es que las palabras de Óscar son como dardos diminutos que siempre aciertan. Unas veces provocando carcajadas, otras directo al corazón. Eso sí, hay que estar muy alerta, porque a la que menos te lo esperas, te suelta una “bombita” de las suyas; así, sin pan ni ná.
Vinculado desde muy joven al mundo de la cultura, ha dirigido y presentado programas radiofónicos y ha publicado varios libros que, atendiendo al título, muestra esa simbiosis que antes comentábamos.
Infierno Sostenido. 2006, El Gaviero Ediciones.
Un libro que podría titularse el baile de la berenjena. 2010, Baladí.
Todo tiende a cero menos tú. 2017, Inventa editores.
Actualmente imparte talleres literarios, hace teatro y es colaborador de la revista “Qué Leer” y del programa diario de radio “Mentes Peligrosas”.
También se siente cómodo haciendo tríos...
Fernando Aramburu comenta que decidió ser poeta en un acto de rebeldía en la escuela. ¿Recuerdas cuál fue el punto de inflexión que te animó a escribir?
Fue un premio de relatos en el colegio cuando tenía 10 años. Creo que ya sentía la necesidad de contar cosas y tener un millón de personalidades para viajar con ellas.
¿Se hace el poeta o se lleva dentro la poesía?
Las dos cosas. El poeta se hace entrenando mucho, que es lo mismo que decir que leyendo mucho e imitando mucho , hasta llegar a tener voz propia, que es un lugar donde muy pocos llegan. Quizás esos que además de llevarlo dentro tienen un don especial, ese duende del que hablaba Lorca. Yo todavía estoy entrenando. Me apasiona.
Eres un tipo muy cachondo, sencillo y hasta "irónico tocapelotas" cuando te lo propones, eso podemos afirmarlo. En cambio, cuando escribes eres visceral y sentimental en tus poemas, desgarradores a veces. ¿Cómo conviven esas dos "personalidades”?
Es un poco el extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Intento afrontar la vida desde y con el humor. La vida interior es otra cosa. Esa está llena de otros cielos e infiernos y la literatura es un puente, una ventana entre las dos.
Llevas el cine muy presente, ¿qué relación hay entre la poesía y la gran pantalla? En ese sentido, ¿podría haber poesía en cualquier cosa?
Me encanta el cine. Es otra de mis pasiones. Cuando antes hablábamos de entrenamiento para la escritura el cine es otro de mis gimnasios. Todo aporta. Hay películas tan poéticas y poemas tan cinematográficos...
En cuanto si podría haber poesía en cualquier cosa, la respuesta, desde mi punto de vista, es que sí. Lo poesía está en la vida y la muerte. La poesía es una sustancia que puede verse o no, pero está en cada quark del Universo.
Colaboras en un programa de radio, en una sección de prensa, has escrito tres libros, das clase de poesía, haces teatro, seguramente habrás recitado algún poema de la entrañable Gloria Fuertes haciendo el pino-puente, ¿qué te queda por hacer o qué te propones hacer próximamente?
Me has dado una idea para mis próximos recitales. Sin pino-puente no haré nada.
Me queda todo por hacer, muchísimo. Próximamente la idea es ser lo más feliz posible y seguir escribiendo. Hay una novela y un poemario que asoman en el cajón. Pero como siempre no estoy seguro de nada.
Y por último, ¿a quién recomendarías para un próximo Inventor de los lunes?
Recomendaría a Mónica Belucci, que fue a quien propuse la idea del último libro Todo tiende a cero menos tú, pero no pudo ser, así que propongo a Juan Manuel Sabugo, que sí accedió, compañero de este último viaje literario. Te pediría el favor de que no le comentaras lo de Mónica a Juan Manuel. Gracias.
—Claro, somos “una tumba”.
Óscar Santos; calidad en las palabras y en la persona.
Gracias amigo.
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